Salmo 63: 1-8
1 Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas,
2 Para ver tu poder y tu gloria,
Así como te he mirado en el santuario.
3 Porque mejor es tu misericordia que la vida;
Mis labios te alabarán.
4 Así te bendeciré en mi vida;
En tu nombre alzaré mis manos.
5 Como de meollo y de grosura será saciada mi alma,
Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
6 Cuando me acuerde de ti en mi lecho,
Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.
7 Porque has sido mi socorro,
Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
8 Está mi alma apegada a ti;
Tu diestra me ha sostenido.
Al leer este hermoso salmo de David encontramos 4 aspectos importantes sobre la búsqueda humana de Dios:
1. La búsqueda de Dios tiene su tiempo: Como también dice el predicador en Eclesiastés, hay tiempo para todo. Dios también requiere las primicias y diezmos de nuestro tiempo, lo que implica que desarrollemos verdaderos y eficaces hábitos de búsqueda.
2. La búsqueda tiene motivos: La búsqueda de Dios nace de una sed interior que nos impulsa a buscarle. El problema es que a veces hay sequedad espiritual. Pero hay que recordar que lo que trae bendición es la búsqueda de Dios a pesar de las circunstancias, tal como lo hizo Job, porque Dios promete saciar nuestra sed (Mateo 5.6; Juan 14.38)
3. La búsqueda de Dios tiene propósito( Salmo 63.2): la búsqueda trae la manifestación del poder de Dios, tal como dice el salmista haber contemplado la gloria de Dios.
4. La búsqueda de Dios tiene sus resultados (Salmo 63.5-8): Cuando le buscamos, podemos tener confianza de que Él nos protege y cuida de nosotros.
¡Amén!
3. La búsqueda de Dios tiene propósito( Salmo 63.2): la búsqueda trae la manifestación del poder de Dios, tal como dice el salmista haber contemplado la gloria de Dios.
4. La búsqueda de Dios tiene sus resultados (Salmo 63.5-8): Cuando le buscamos, podemos tener confianza de que Él nos protege y cuida de nosotros.
¡Amén!
(Mensaje entregado por el Obispo Carlos Ortiz, 14.11.2012)
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